LA NICTOFOBIA.

    La nictofobia es el miedo intenso e irracional a la oscuridad. La nictofobia también es conocida como escotofobia, acluofobia, ligofobia,mictofobia o sencillamente miedo a la oscuridad. No es raro que los niños e incluso adultos puedan tener miedo a la oscuridad. Es más común en los niños, un poco más raro en adultos, y generalmente es causado por el hecho de que la persona no puede ver en la oscuridad y se le teme a lo que no se puede ver. Y, en lugares mal iluminados, las cosas parecen ser lo que no son. Más allá de que la ciencia afirme que el miedo es irracional, y que aquello a lo que se teme no es real, esto no alivia el pánico. Cuando cae la oscuridad de la noche, la gente se encuentra más vulnerable, y eso es lo que implica el miedo a la oscuridad: una sensación de vulnerabilidad.

La oscuridad no es algo sobre lo que las personas tienen el control cuando se produce de forma natural. Las personas pueden, por supuesto, encender una luz eléctrica para evitar la oscuridad en el interior de una casa, o llevar una linterna cuando esté afuera. Sin embargo, la negrura de terciopelo asociado a la noche puede ser todo lo que genere miedo a alguien que teme por no ser capaz de ver lo que lo rodea, y se imagina toda una variedad de cuestiones negativas que les rodean.

Aunque el miedo a la oscuridad no es inusual, es un miedo visto como ilógico e irracional. Cuando un individuo está metido en la cama con seguridad, el peligro de que algo pueda ocurrir es poco probable. Por lo tanto, continúa sufriendo sólo debido a la oscuridad, esto se relaciona con sufrir una ansiedad innecesaria, y es sensato buscar la manera de aliviarlo.

Varios enfoques diferentes se pueden tomar con el fin de librarse del miedo a la oscuridad:

Los niños tienden mejoran su temor si están expuestos gradualmente a la luz durante un período de tiempo cuando se van a la cama. Un interruptor tenue puede ser suficiente en este caso hasta que el niño se acostumbre gradualmente a estar en una habitación a oscuras, y reconocer que es seguro.

Tanto los adultos como los niños encontrarán que ayuda si evitan el exceso de estimulación de actividad antes de acostarse. De esta manera su cuerpo y mente pueden relajarse y calmarse, preparándolo para estar menos ansioso